El tratamiento o quimioterapia, lo que hace es destruir las células de crecimiento rápido, como las células del cabello, las células que recubren la boca y obviamente las células malignas que se reproducen desordenada y rápidamente.
Debido a que perdí a mi madre hace cinco meses a causa del cáncer de pulmón, (ella sólo alcanzó a darse tres quimioterapias y al décimo octavo día de la primera quimio, ella perdió todo su cabello) y mi padre se quedo con la creencia de que la fuerza residía en el cabello, creí prudente no causarle otra fuerte impresión, la enfermedad de mi madre fue devastadora y mientras ella sobrevivía sus últimos días, yo me enteraba de que tenía Linfoma de hodgkin. Pues finalmente no me rapé. Yo tenía una melena rubia y rizada que me llegaba hasta casi la cintura. Fue una impresión tan fuerte , casi tan fuerte como el enterarme que tenia cáncer, el ver como se me cayó el cabello. No existe remedio que se pueda aplicar desde afuera cuando la quimioterapia actúa desde adentro.
Antes que nada y evidentemente, perder el cabello es lo que delata la enfermedad.
A los pocos días del primer tratamiento, comencé a sentir un terrible dolor el el cuello, la nuca y los ganglios del cuello inflamados. Seguido de eso, se siente como una ligera comezón por todo el cuero cabelludo. A partir del quinceavo día después del tratamiento, empecé a ver cabellos sueltos en mi almohada pero tres días después era una caída uniforme, el cabello se quedaba en el cepillo, en mis manos, se caía durante el baño y solo lo sentía resbalar por mi espalda y piernas. Cuando miraba al piso, era un gran mechón que perdía día con día. A los pocos días, más de la mitad de mi hermosa cabellera, se había ido por la coladera.
De la misma forma, sin sentirlo, con cada quimioterapia, perdí todo el pelo que cubre el cuerpo: las cejas las pestañas, el vello de brazos y piernas, axilas y vello púbico.
Después de esa gran impresión y horrible sensación de verme así, pues me sentía cada vez más frustrada y enojada y la verdad, por el motivo que haya sido, nunca tuve el valor de ir a la peluquería y raparlo a cero.
Dos meses después de que perdí a mi madre, mi hijo se casó con una hermosa chica, por dentro y por fuera. Pero yo seguía sumida en mi tristeza y frustración.
Usé mi mejor mascara y mi mejor peluca. Obviamente durante los eventos previos a la boda y en la
boda. Después, ya no quedó prácticamente nada de donde sostener una peluca.
Los pocos cabellos que me quedaban me servían para tapar los huecos que la quimio había dejado en mi cabeza.
La única ventaja de no haberlo rapado fue que siempre pude disimular un poco los huecos que brillaban por la falta de pelo.
Pero les tengo una noticia: aun durante el tratamiento, al cuarto mes comencé a ver una pelusilla que cubría de nuevo mi cabeza.
Hoy, al quinto mes de haber iniciado mi tratamiento uso un extraño pero prolijo peinado entre los nuevos cabellos cortitos y los pocos largos que me sirven para aplacar y peinar los cortos y lo recojo todo en una coletita que sostengo con una liga de bebe! Todo el cabello que me queda en la cabeza es uno solo de lo que antes habría sido solo un rizo!
Ahora, siendo realistas, es solo pelo. Se cayó casi todo y ha salido casi todo también. He podido
disimular bastante bien mi perdida. Lo mas importante es ser uno mismo, sin mascaras ni gorritos.
Esto es lo que me tocó y así me muestro al mundo. La fuerza está dentro de uno mismo.
Poco a poco y con paciencia todo volverá a como era antes. Recobraré mi salud, mi fuerza física, mi fuerza interior que no me permite rendirme. Como dije antes, solo es pelo.
Amo vivir!
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