jueves, 22 de octubre de 2015

Se hizo mi cuerpo resistente a la quimioterapia?

Es asombroso el cuerpo humano. La capacidad de adaptarse a los mas terribles cambios.

Las primeras quimioterapias fueron espantosamente dolorosas. Mis sentidos se agudizaron. Mi gusto por completo quedó destrozado y mi boca quemada. la fibromialgia me dejaba tumbada en la cama por casi doce días. El picor del cuero cabelludo era constante (síntoma de que perderás el cabello). El mínimo sonido era doloroso e insoportable. El olfato se agudizó tanto que cuando cocinaba, me podía quedar la nausea por días.
Con el paso de los quimos algunos efectos secundarios se atenuaron y otros aumentaron.
Por ejemplo: todo mi sistema digestivo  ha resentido el paso del tratamiento. Durante las primeras aplicaciones del abvd, mi boca se quemó por completo, tenía aftas en la lengua y el paladar y tenía mucho ardor, sin decir lo mal que sabe la comida. Tenía mucha acidez y reflujo, mi estómago se ponía duro y me dolía. Era porque me llenaba de gas. El malestar estomacal, me provocaba una nausea constante. El estreñimiento los primeros días después de cada aplicación primera semana del ciclo activaron mis hemorroides al 100%. Eran hemorragias interminables.
Mis ojos se resecaron y me provoca fotofobia y migrañas.
Mi temperatura corporal no lograba regularla. Tenía mucho frío, luego sudaba, Otra vez tenía frió. Así me la he llevado.
Estaba débil, cansada y confundida.

Después de la primera aplicación del primer ciclo presenté neutropénia, lo cual me hizo retrasar una semana la segunda aplicación para recuperar las defensas gracias a que me aplicaron cuatro inyecciones de neupogén. Cabe mencionar lo doloroso que son los días posteriores al neupogén. Literalmente se exprime la médula osea de todo el cuerpo, duelen los huesos, los músculos, las ingles. Duele tanto o mas que el efecto de la quimio.

Al segundo ciclo, volví a presentar neutropenia, esta vez me aplicaron  neulastim. pero resentí menos los efectos estimulantes de esta. Mi cuerpo se adaptó a estar estimulado.
Había perdido casi todo mi cabello.

Conforme han pasado los ciclos y las aplicaciones los efectos secundarios los tolero mejor.
Mi olfato es menos agudo. Tolero mejor el ruido. Aunque mis dientes siguen destemplados, mi boca ya no está quemada, solo amarga. La acidez estomacal ha cambiado por una sensación de estar llena desde el primer bocado, La gastritis y la colitis siguen igual. Las hemorroides, también.
Mis ojos siguen secos y en lugar de la migraña me queda un dolor detrás de los ojos y en los parpados.
La fibromialgia o dolor  en la piel es menos intensa. Ya no me duele la piel como moretón. El agua no me da tanto escalofrío.
Ya tengo casi toda mi cabeza cubierta por cabello nuevo.
Todavia me siento un poco tonta y aturdida, aún olvido cosas, pero por increíble que parezca mi concentración ha mejorado. Tanto, que de unas semanas a la fecha empecé a escribir y a compartir con todos ustedes mi experiencia en este blog.

Lo que no puedo superar tras seis ciclos es el cansancio. estoy agotada. Cansada. Rendida, como si hubiera corrido dos maratones juntos.

Me pregunto:  mi cuerpo se hizo resistente a las quimioterapias o solo se adaptó?

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